viernes, 20 de febrero de 2009

Canto de Gueves

Va a Australia, Finlandia, Alemania y Francia en un solo día recorriendo las embajadas, el asiento puede llegar a costar quince soles por día si es que está en movimiento. El día le empieza con la cara sórdida y le acaba con la mordida, ni sabe que una camioneta se estrello en un café por que se le vaciaron los frenos.

Siempre se imagina el papel antes de ponérselo calzado, le dicen vamos al médico mañana y ya ve la cara de plomo del doctor harto de escuchar dolencias, el olor en los pasillos y la angustia ajustada por las puertas, sabe que si pedalea le va dando impulso a su vida pero al final todos dormimos iguales, inflando un poco el pecho como las palomas. En la cocina el drenaje habla con el cocinero relajado mientras empieza a oscurecer y yo quisiera avanzar el reloj de todos, pero me digo al fin mañana ya es otra vez viernes.

Cada vez que sale de la cama en la mañana toma un gran respiro, se sumerge bajo el peso el agua y aguanta la respiración buceando hasta llegar al final del día.
Va acumulando todos los recuerdos en la nariz, le pone una manzana en la cabeza, quiere darle a la manzana, pero mata a la mujer. ¡¡¡Libertad!!! dicen voces derivadas de la atmósfera.

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